Alejandro Magno y su conquista del imperio persa.

En este post hablaremos sobre uno de los personajes más importantes de la historia antigua y como conquistó gran parte del mundo conocido.

HISTORIA ANTIGUA

Xavier Cloquell

7/11/20247 min read

Mosaico de Issos, Museo Arqueológico de Nápoles.
Mosaico de Issos, Museo Arqueológico de Nápoles.
Primeros años.

Por parte de su padre, Alejandro pertenecía a la dinastía argeada, que reclamaba descendencia de Hércules. Su madre, Olimpia, pertenecía a la casa real molosia y afirmaba ser descendiente de Aquiles, el legendario héroe de la guerra de Troya. A los trece o catorce años, el rey Filipo decidió contratar a un nuevo tutor para Alejandro y, tras evaluar varias opciones, escogió a Aristóteles. [[Aristóteles]] le enseñó política, ética y despertó su interés por la naturaleza, especialmente la medicina. Aristóteles preparó para Alejandro un compendio anotado de La Iliada, que el joven llevaría en todas sus campañas y guardaba bajo su almohada junto a un cuchillo.

A los dieciséis años, Filipo nombró a Alejandro regente durante su ausencia. Surgieron problemas con los medos en las fronteras de Peonia y Tracia, y Alejandro, siguiendo el ejemplo de su padre, repobló la región con nuevos habitantes y fundó en la zona la primera Alejandriópolis nombró A. Fue la primera vez que el príncipe participó en una guerra, aunque no se sabe cuán duro fue el combate. Tras el asesinato de Filipo a manos del paje Pausanias, Antípatro presentó a Alejandro ante un grupo de oficiales y soldados, quienes lo proclamaron rey de manera tradicional.

Consolidando el control de Grecia.

Alejandro pasó un tiempo consolidando su gobierno, eliminando a sus rivales y proporcionando un funeral digno a su padre. Después, reunió un ejército y marchó hacia el sur, a Tesalia. La resistencia se derrumbó rápidamente y Alejandro fue nombrado archon de la Liga Tesalia, que proporcionaría un contingente significativo de jinetes para la guerra contra Persia y nunca vaciló en su lealtad hacia él. Continuó hacia el Peloponeso y convocó a los representantes griegos a una reunión en Corinto, donde fue nombrado líder de la liga y se reafirmó la aprobación para la guerra de venganza contra Persia.

En 336 a.C., las demostraciones de fuerza de Alejandro bastaron para acabar con la resistencia abierta en Grecia. Exigió a los tebanos que se rindieran y entregaran a sus dos líderes principales, prometiendo perdón a los que se unieran a él de inmediato. Tebas fue abolida como ciudad-estado y sus murallas, excepto las de Cadmea, fueron derribadas. Se recordó a los griegos que Tebas se había unido a Persia en 480 a.C., haciendo que este castigo fuera un comienzo adecuado para la gran guerra de venganza.

El ejército de Alejandro.

Alejandro lideraba personalmente la caballería de los Compañeros. La unidad táctica básica era el escuadrón (ile) de doscientos hombres, compuesto por cuatro grupos (tetrarchiai) de cincuenta. Alejandro llevó ocho escuadrones de caballería de los Compañeros a Asia, uno de los cuales era el escuadrón real, que tenía el doble de jinetes. La principal arma ofensiva era una lanza (xyston) más corta que la sarissa y que se podía blandir con una mano.

Los Hipaspistas, la infantería de élite, consistían en tres regimientos (chiliarchies) de alrededor de mil hombres cada uno, divididos en dos compañías (lochoi) de unos quinientos doce hombres. La infantería principal estaba compuesta por los Compañeros de a pie (pezhetairoi), equipados con la sarissa. Había seis regimientos (taxeis), cada uno con alrededor de mil quinientos hombres al comienzo de la campaña, divididos en tres lochoi de doscientos cincuenta y seis hombres cada uno.

Empieza la conquista

En la primavera de 334 a.C., Alejandro emprendió su gran expedición hacia Persia. Nunca regresaría a Macedonia, ni volvería a ver a su madre Olimpia o a su hermana Cleopatra. La respuesta inicial a la invasión de Alejandro provino de los sátrapas y generales locales, quienes reunieron entre diez y veinte mil jinetes en Zeleia bajo el mando del mercenario griego Memnón.

La batalla del Gránico

Alejandro envió a Parmenio a hacerse cargo del ala izquierda y dio la orden de atacar. A la derecha había siete escuadrones de caballería de Compañeros al mando de Filotas, apoyados por agrianos y arqueros. A su izquierda estaban los prodromoi, los peonios y el resto del escuadrón de Compañeros. Luego seguían los Hipaspistas, la falange principal y, finalmente, los tesalios, los aliados y la caballería tracia en el ala.

El combate fue feroz y confuso, con individuos y grupos de jinetes mezclados y poco espacio para cargar. Las lanzas más largas de los macedonios y su agresividad les dieron ventaja sobre los jinetes enemigos. La caballería persa huyó, dejando atrás a la infantería. Esta primera gran victoria de Alejandro facilitó la anexión de casi toda Asia Menor. El rey mostró su generosidad al no castigar a los habitantes de Zeleia, quienes se habían visto obligados a apoyar al enemigo. Durante el año siguiente, los macedonios tomaron gran parte de Asia Menor, concentrándose en las tierras altas de Anatolia, nombrando sátrapas y dejando tropas a medida que avanzaban.

Dario III recluta a un ejército.

En el verano de 333 a.C., Darío III había reclutado un gran ejército cerca de Babilonia, mucho mayor que el que Alejandro enfrentó en el Gránico. Darío comenzó su viaje hacia Alejandro, acompañado de su familia cercana. La noticia de que Darío estaba en Sochi, Siria, llevó a Alejandro a avanzar hacia Issos, donde dejó a los heridos y enfermos. Entonces, supo que Darío estaba a solo veinte kilómetros de distancia, preparándose para enfrentarse a él.

La batalla de Issos

Darío concentró la mayor parte de su caballería en su ala derecha, cerca del mar, donde el río no era un obstáculo significativo. El centro estaba compuesto por mercenarios hoplitas, respaldados por arqueros en terreno elevado detrás de la infantería. El rey se encontraba en el centro, escoltado por unos tres mil de sus mejores jinetes. Alejandro envió a la caballería mercenaria y aliada a formar su ala izquierda, también cerca del mar, apoyada por infantería tracia y arqueros cretenses. Por un tiempo, mantuvo juntos a los tesalios y los Compañeros a la derecha, una concentración de sus mejores jinetes nunca antes vista. Los números y el terreno favorecían al enemigo.

En el centro, la falange macedonia tuvo dificultades para atacar a los mercenarios situados tras las partes más impracticables de la orilla. Se abrieron huecos y las unidades se confundieron al intentar avanzar. Grupos de mercenarios aprovecharon la oportunidad y contraatacaron en algunos puntos. El centro persa comenzó a desmoronarse. Alejandro se dirigió hacia Darío, enfrentando ferozmente a la caballería liderada por el hermano del rey persa. Darío huyó, abandonando carro, capa y equipo, escapando. Esto dañó su prestigio, pero no fue un golpe mortal, ya que seguía siendo rey con grandes recursos. El campamento persa fue tomado durante la persecución, encontrándose allí la familia real persa, a quienes Alejandro trató con respeto.

El sitio de Tiro

Inicialmente, la llegada de Alejandro y las noticias de su victoria en Issos facilitaron un avance rápido. Tiro envió una delegación ofreciendo sumisión, pero al llegar Alejandro a la ciudad-isla, la propuesta cambió a neutralidad. Tiro se encontraba a unos ochocientos metros de la orilla, con murallas altas y torres elevadas, impidiendo el uso de maquinaria de asedio. Alejandro y sus ingenieros decidieron construir un dique desde la orilla hasta la isla. Sin embargo, después de meses de trabajo, la población de Tiro logró romper el dique. Alejandro cambió de estrategia y decidió controlar las flotas de Sidón, Arados y Biblos. Los reyes de Chipre enviaron 120 barcos, y finalmente, la ciudad de Tiro cayó y la mayoría de su flota fue destruida.

Alejandro se proclama faraón

Tras tomar Tiro, Alejandro marchó hacia Egipto con la intención de liberar a los egipcios del dominio persa. En su camino, enfrentó obstáculos como el sitio de Guiza, donde salió victorioso tras un gran esfuerzo de los ingenieros. Al llegar a Egipto, se nombró faraón, rey de los Reinos Superior e Inferior, hijo del dios Ra y amado del dios Amón. Fundó la ciudad de Alejandría con la ayuda del arquitecto Dinócrates de Rodas. Antes de regresar a Persia, visitó el oasis de Siwa, donde se encontraba el santuario del dios Amón, asociado por los griegos con Zeus.

La batalla de Gaugamela

Mientras Alejandro estaba en Egipto, el rey Darío III reunió un nuevo ejército, superior al de Issos, proveniente de provincias distantes como Bactria e India. Esta era la última oportunidad de Darío para detener a Alejandro. La batalla tuvo lugar en octubre del 331 a.C., cerca de Arbelda, siendo la mayor victoria de Alejandro.

El rey de reyes estaba en un carro detrás del centro de la vanguardia, protegido por mil jinetes reales, los mil Inmortales y mercenarios griegos a ambos lados. El ala derecha de Darío estaba liderada por Maceo, antiguo sátrapa de Cilicia, con sirios. El ala izquierda, encabezada por Bessos, sátrapa de Bactria y miembro de la familia real. En el centro del ejército macedonio, como de costumbre, había una falange con los Hipaspistas a la derecha junto a seis regimientos de piqueros. Alejandro y la caballería de los Compañeros se encontraban a la derecha de la falange y la caballería tesalia al mando de Parmenio a la izquierda.

La victoria de Alejandro se produjo cuando se abrió un hueco en la línea persa y Alejandro dirigió a los Compañeros y a la infantería hacia ese punto. La fuerza principal del ataque se movió en ángulo hacia Darío en el centro. Darío III se vio obligado a huir, resultando en la derrota total de los persas.

El final de Darío III

Tras su derrota en Gaugamela, el rey de reyes fue prisionero de un grupo de nobles liderados por Bessos, sátrapa de Bactria. Al enterarse de que Alejandro los perseguía, mataron a los sirvientes del rey cautivo y apuñalaron a Darío repetidamente antes de huir. Alejandro trató el cadáver con respeto, preparándolo para ser transportado junto a la madre de Darío y su familia para un entierro honorable. El macedonio que había atacado Persia, derrotado a su rey en combate y perseguido hasta el extremo oriental de su imperio, pronto se declararía su vengador.

Fuentes.

Goldsworthy, A. (2021). Filipo y Alejandro. Madrid: La esfera .

Todas las fotografías usadas en este post se han obtenido de https://commons.wikimedia.org/

Mapa de la ruta que siguió Alejandro en sus conquistas.
Mapa de la ruta que siguió Alejandro en sus conquistas.
Mapa de la batalla del rio Gránico.
Mapa de la batalla del rio Gránico.
Relieve de la batalla de Gaugamela, museo arqueológico nacional de Madrid.
Relieve de la batalla de Gaugamela, museo arqueológico nacional de Madrid.